jueves, 16 de mayo de 2013

El precio del "Made in Bangladesh"


El "Made in Bangladesh" está impregnado de drama y escándalo.

Fueron necesarias 1.127 víctimas en el derrumbe de un edificio, donde se encontraban fábricas de ropa, en las afueras de Dhaka, para recordarnos que los textiles baratos se pagan con condiciones laborales vergonzosas.
El derrumbe llevó a la muerte a estos esclavos de los tiempos modernos, que son las manos pequeñas de los países en desarrollo.
Particularmente repugnante, la irresponsabilidad de un jefe que obligó a su personal a permanecer en su puesto en el interior de un edificio, en el que aparecían grietas por todas partes, amenazando con no pagar los salarios al que abandonase el trabajo.
La mayoría de los empleados no se atrevieron a desobedecer la orden, a pesar de un salario miserable, menos de 40 euros al mes por 10 a 16 horas al día y seis días a la semana, cinco veces menos que en China. Esto explica por qué el "Made in Bangladesh" está suplantando al "Made in China" en las etiquetas de la ropa.
Esta tragedia no es la primera. Durante años, se produjeron un elevado número de accidentes sin graves consecuencias. La tragedia de Dhaka es sin embargo la más grave ocurrida en este país, el segundo mayor exportador del mundo de la ropa debido a su mano de obra abundante y barata.
La responsabilidad de esta tragedia no es solo la de un patrón corrupto. El Estado también es responsable. Hay reglas, pero la corrupción las hace ineficaces. Treinta grandes propietarios de las fábricas textiles se sientan en el Parlamento y legislan.
Con un sector textil que representa el 80% de sus exportaciones, Bangladesh, teme la competencia extranjera, sobre todo de Vietnam. Así que cierra los ojos.

Las principales marcas de prêt-à-porter también son responsables. Imponen los precios y los plazos, obligando a los fabricantes a trasmitir toda la presión sobre los subcontratistas que a menudo operan ilegalmente.
Toda esta cadena de escándalos finalmente solo tiene un objetivo, satisfacer nuestra insaciable demanda de productos a precios muy bajos. Finalmente los consumidores también tenemos una parte de responsabilidad. Deberíamos exigir a las marcas que condicionen los pedidos a un trabajo decente, o al menos elegir las marcas que se comprometen a hacerlo.