jueves, 20 de diciembre de 2012

Con lágrimas no es suficiente



El presidente Barack Obama lloraba de emoción evocando, ante la prensa, la matanza de la escuela Sandy Hook de Newtown en Connecticut y que se saldó con 27 muertos.

Empezó su pésame pidiendo “acciones significativas” para evitar masacres como esta, sin otra precisión y sin evocar el sacrosanto derecho a llevar un arma, inscrito en la constitución americana.

Lo siento Señor presidente, lágrimas y las palabras vagas no es suficiente.

La correlación entre el libre acceso a las armas y las masacres a repetición es clara. Ningún país está al abrigo de un loco, tenemos el ejemplo de Noruega, donde un fanático de extrema derecha mató a 77 persona en julio de 2011.

Sin embargo la tasa de homicidios en EEUU es superior a la de los países europeos y eso se explica por la gran facilidad con la que se pueden comprar las armas en el país norte americano.

La estadísticas oficiales indican 100 000 víctimas de armas de fuego cada año en EEUU, con 30 000 muertos. Un país moderno debería comprender que tiene que dejar atrás esta barbarie.

Algunas voces se levantan para terminar con la libertad del porte de armas. Otras personas no esperaron que los familiares terminen de llorar sus muertos para reclamar, al contrario, la abolición las limitaciones a esta libertad y que se permitan, de nuevo, las armas en las escuelas, donde se habían prohibido.

Es decir que una vez la emoción pasada, los americanos no están dispuestos a renunciar a la cohabitación perversa con las armas. Son las personas las que matan, dice el lobby armamentístico. Si pero las personas desarmadas matarían menos.



martes, 11 de diciembre de 2012

Para que sirven las medidas de Austeridad


Estrangulados por el rigor y el paro, que golpea duramente a las clases medias, millones de europeos bascularon este año en la pobreza, haciendo temblar la cohesión social y amenazando a grupos hasta ahora preservados, como las mujeres y los niños.


El agujero negro es cada vez más grande, dicen los ciudadanos, que tienen que vivir con 800 euros al mes para toda la familia. Sueldos congelados al mismo tiempo que aumenta el IVA, IRPF, tasas municipales, copago de medicamentos, céntimo sanitario, matriculas, etc…

Las cosas van a peor, estamos desesperados… Es la expresión del estado de inquietud y desesperación que, con voz temblorosa, se lamentan millones de españoles en paro o amenazados…

España, cuarta economía de Europa en la zona euro, posee todos los ingredientes de una crisis grave: Un cuarto de su población activa en paro, una política de austeridad histórica, recortes implacables en sanidad y educación, miles de familias endeudadas y desahuciadas…

Españoles que se suicidan víctimas de un sistema que funciona contra los ciudadanos... no, esto no son suicidios ligados a la crisis, son crimines caucionados por el Estado.

Impacto dramático en Grecia

Es, sin duda, en Grecia con su economía bajo tutela y un paro record, el país que sufre el impacto más dramático de la crisis. 31% de sus habitantes estaban, según Eurostat, en alto riesgo de pobreza o exclusión social en 2011.
George Tsouvalakis de 31 años, carpintero en paro y su mujer Lía de 30, forman parte de esta generación perdida, con su hija de dos años quieren emigrar pero no tienen dinero para pagarse el billete de avión.
Su sueldo de más de 2500 € al mes antes de la crisis, se quedó en 400€. “No tenemos dinero para emigrar, estamos presos en nuestra casa”, declaraba este matrimonio a un medio de información.
Portugal duramente tocado
Nilce, una estudiante portuguesa de 29 años que terminó sus estudios de arte en la prestigiosa universidad de Coímbra, tuvo que pedir ayuda en Facebook, para poder pagar una deuda que le impedía recibir su diploma.
Los efectos de las medidas de austeridad de su gobierno hicieron pasar su beca de 400€ a 98€, esto la llevó a contraer una deuda de 1000€ en gastos de formación.
En estos países, como en Italia, las organizaciones humanitarias tienen que trabajar a destajo para hacer frente a un nuevo tipo de pobreza. Familias en las que todos sus miembros están en paro y expulsadas de sus casas...
Inquietud para las mujeres y los niños
Las ONG se inquietan particularmente por las mujeres y los niños, hasta ahora preservadas por los mecanismos de solidaridad familiar de una clase media que se resquebraja a gran velocidad.
UNICEF evalúa a más de 2.000 000 de niños viviendo en el umbral de la pobreza en España. En Portugal, según reveló el ministerio de educación a finales de noviembre, en 20 días los alumnos que sufren carencias alimentarias pasaron de 10000 a 13000. Dramático.
Los jubilados, de los que muchos asumen todas las cargas familiares, ya no están protegidos, el gobierno del PP anunció que las pensiones no serán revalorizadas según el IPC y perderán valor adquisitivo en 2013, rompiendo así el tabú de la promesa electoral de Rajoy, que no tocaría las pensiones.
¿Donde están los empresarios que crean empleo?
A donde nos conduce este gobierno de derechas y el sistema capitalista que promete la felicidad a todo aquel que siga su doctrina?
¿Donde están los empresarios, a los que hay que bajar los impuestos, dar subvenciones y abaratar el despido con el supuesto de crear empleo? Todas esas medidas solo contribuyen a aumentar sus beneficios, no a crear empleo. Es la única capa de la sociedad que aumento su fortuna durante la crisis.
Los empresarios no crean empleo, especulan con él, sus empleados son un producto perecedero con fecha de caducidad, un producto para ganar dinero.
El empleo lo crean los consumidores cuando compran. El día que los consumidores hagan una huelga de consumo y compren lo estricto necesario se producirán despidos en cadena…entonces. ¿Quién crea empleos?

jueves, 22 de noviembre de 2012

UNA MENTIRA MAGISTRAL


Las oligarquías capitalistas internacionales gobiernan el mundo, sus prácticas y sus discursos legitimacioncitas son contrarios a  los intereses de la mayoría de los habitantes de la tierra.

Pobre Europa que solo ve soluciones en los recortes y en un imposible crecimiento.

¿Quieren dar trabajo a los europeos? Paremos la competencia desleal, promovida por la desregulación de los tipos de cambio. Hagamos que el salario de un Chino sea más o menos igual al de un Americano, un Europeo o de un Africano y equilibremos las balanzas comerciales del Euro…

Cuando de verdad lo necesitan, los dirigentes encuentran miles de millones que llegan como caídos del cielo. Eso no resuelve nada, es necesario modificar el sistema en profundidad, el sistema financiero actual mostró sus límites desde hace varios años

Una presidencia débil para una Europa fuerte

La presidencia giratoria de la Unión europea está asumida desde el mes de julio por Chipre, el eslabón más débil de la unión. Así en el momento en que Europa tenía que hacer frente al marasmo económico y financiero que amenaza a la zona Euro, confía, por el juego de los automatismos institucionales, la presidencia a un país empobrecido y pidiendo.

¿Quién se acuerda del país que presidió la UE el primer semestre del año? Fue Dinamarca, una presidencia que pasó desapercibida. Los focos de la actualidad estaban dirigidos hacia los países en dificultad: Irlanda, Portugal, Grecia, Italia y España y hacia los pilotos del navío Francia y Alemania.

Esto demuestra que desde el tratado de Lisboa, con la creación de un puesto de presidente permanente, el Belga Herman Van Rompuy y la Británica Catherin  Ashton como jefe de asuntos exteriores de la UE, la presidencia giratoria ya no tiene razón de ser y es un gasto innecesario en tiempos de recortes.

Esclavos modernos

Cerca de 27 millones de personas estarían reducidas a esclavos, según un informe de EEUU, sobre el tráfico de seres humanos.

La abolición de la esclavitud en EEUU en 1865 y en otros países, no significó su final. Hoy se estima en 27 millones de seres humanos víctimas de la esclavitud en el mundo.

A pesar  de la adopción de tratados y leyes que prohíben la esclavitud, los hechos demuestran que hombres, mujeres y niños, viven como esclavos en razón del tráfico de seres humanos.

Las víctimas de la esclavitud moderna son hombres, mujeres, niñas y niños, y la historia nos recuerda que somos capaces de tratamientos inhumanos.

En junio, la Organización mundial del trabajo OIT, anunció que cerca de 30 millones de personas, de las que casi la cuarta parte tienen menos de 18 años, están en situación de trabajos forzados en todo el mundo, ocupando puestos por fuerza o por engaño.

lunes, 19 de noviembre de 2012

La austeridad entre remedio y veneno



Europa del sur sufre con la cura de rigor a la que está sometida y las huelgas que paralizaron los países más frágiles de la zona Euro, recuerdan una evidencia: es preferible pedir sacrificios al pueblo antes de que la crisis económica sea insoportable.
Los sindicatos hicieron una demostración de fuerza, llamando al pueblo a revelarse y protestar contra los recortes y la pérdida de estado de bienestar, juzgando como desastrosa la política de la Unión europea y los Estados miembros.

¿Tienen los Estados otras alternativas, que las de romper la espiral infernal de dejar degradar las cuentas públicas de los países del sur de Europa? Los gobernantes no pueden, evidentemente, dejar degradar hasta el infinito las cuentas públicas, para no obligar a las generaciones futuras a pagar nuestros créditos e hipotecar durablemente el futuro.

Lo importante es saber repartir el esfuerzo. Los poderes públicos tienen que darse cuenta que no pueden asfixiar la clase media que ya se está quedando sin aire.

La austeridad hay que saber dosificarla, a altas dosis se convierte en veneno. El rigor económico mata al enfermo en lugar de curarlo. No se le puede apretar más el cinturón al que solo le queda un bocado de pan que llevar a la boca.

Los gobiernos deben pensar en el modelo económico y social para poner en marcha la maquinaria de producción.

Ciertos economistas, algunos del mismo FMI, ya piensan que la austeridad es contra productiva. Algunos reclaman programas de inversiones.
 
Bajar los salarios no ayuda a estimular el crecimiento, sobre todo cuando las tasas e impuestos aumentan y el paro se dispara. Primero hay que crear empleo y, si los Estados deben pensar en alternativas innovadoras, lo fundamental aún tiene futuro.

Europa debe creer en su industria, reconquistar un sector que está dejando escapar hacia otros países, hay mercados que conquistar, otros a inventar. La industria tiene una especial importancia al ofrecer puestos de trabajo a una mano de obra diversamente cualificada, tanto a hombres como mujeres que hoy se desesperan en el paro.

martes, 13 de noviembre de 2012

Las políticas de austeridad desembocan sobre la estagnación.

 

Las previsiones de la CNUCD
 

La CNUCED revisó a la baja la previsión de crecimiento  mundial para 2012 y no debería ser mayor del 2,3%, de los cuales solo el 1% para los países industrializados. Para la ONU, las políticas de austeridad desembocan en la estagnación.

Estamos en un momento muy crítico. El crecimiento se desacelera y la economía mundial está en un impase”, declaró en una conferencia de prensa Heiner  Flassbeck, director de la división de la mundialización, al presentar en Ginebra el informe anual de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el comercio y el desarrollo (CNUCED).

Los economistas de la agencia de la ONU prevén una recesión en la Unión europea y un crecimiento de un 2% en los EEUU y Japón para 2012.

La expansión económica en los países en desarrollo debería ser, en términos generales, del 5% y en los países en transición el 4%, unas tasas más bajas que en años precedentes.

Ausencia de demanda interior

A medida que los programas de austeridad se aplican para reducir los déficits públicos, los países en desarrollo son más vulnerables frente a un debilitamiento de la demanda en los países industrializados,

Para la CNUCED, la ausencia de demanda interior es un obstáculo para la recuperación y condena la economía a la estagnación, si el gobierno no aplica una política de ingresos enérgica.

La presión a la baja de los salarios, el aumento del paro, el nulo margen de maniobra en materia monetaria y presupuestaria hace que las esperanzas de alza de ingresos sean próximas a cero o negativas. “Si no hay inversión no hay demanda”, dijo Heiner Flassbeck.

Crecen las desigualdades

El informe sobre el comercio y el desarrollo para 2012, pone también el acento sobre el crecimiento y las desigualdades en los salarios. En varios países, el 1% de los más ricos representan 10 a 20 % de la riqueza nacional.

Una concentración excesiva de la riqueza contribuyó a la crisis financiera mundial, en razón de una oportunidad perversa de grupos con mucho dinero y al gran endeudamiento de otros grupos” Se puede leer en el informe de la CNUCED.

Para la agencia de la ONU, no habrá despegue real de la economía mientras los grupos con débiles medios y bajos sueldos, no vean estos, suficientemente revalorizados para aumentar la consumición. Ciertamente es necesario atacar el problema de la deuda pública, pero a largo plazo, la solución pasa por aumentar la recaudación fiscal a través del aumento de la actividad económica.

Fiscalidad progresiva

La CNUCED preconiza una fiscalidad progresiva y un aumento del gasto público, aumentando al mismo tiempo la protección de los más débiles.

Esto se traduciría en una reducción de las desigualdades en los sueldos, ofreciendo al mismo tiempo perspectivas de desarrollo de la demanda, necesarias para que las empresas inviertan más.

Es posible mejorar la recaudación de impuestos y hacerlo más progresivo, sin provocar una reducción de los estímulos económicos.

Por ejemplo, sería posible aumentar la imposición a las ganancias más elevadas que provienen de actividades especulativas, antes que las ganancias que provienen de actividades de la industria y comerciales, del trabajo productivo.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La austeridad es una amenaza para la paz



La austeridad es una amenaza para la paz

El mismísimo fondo Monetario Internacional(FMI), empieza a dudar de la validez de la austeridad para resolver la crisis económica y financiera europea y española.
La austeridad, para resolver la crisis, es el credo del FMI. Su directora, Cristine Lagarde, rompió el tabú a mediados de octubre en Tokio, donde se reunía la organización.
El FMI, niega haber cambiado de política, pero la realidad está ahí y parece haberle abierto los ojos.
Las medidas de austeridad impuestas a Grecia, Portugal, Italia y España, solo hacen empeorar la situación de estos países, llevándolos a la depresión.
Las disminuciones de salarios unidas al aumento de impuestos y tasas, retraen la consumición, privan al estado de recursos y ahondan aún más el déficit.
Esta espiral infernal desespera a los ciudadanos, los hace salir a la calle y los empuja hacia los brazos de los nacionalistas y extremistas de todo pelo
La crisis financiera arrastró a la economía, después la crisis social y una crisis política que puede amenazar la paz, eso por lo que la Unión Europea recibió el premio Nobel de la paz a primeros de octubre.
Esta situación es muy peligrosa, al ver todas esas banderas con la cruz gamada que sacaron a pasear los manifestantes, en la calles de Atenas, cuando Angela Merkel visitó Grecia, significa que lo peor no está definitivamente excluido.
Las derivas nacionalistas, los intentos por manipular la democracia en países como Hungría, Polonia o Rumanía, amenazan la paz en Europa.
El antiguo presidente de Portugal Jorge Sampaio, relevaba recientemente este síntoma inquietante para la solidaridad, elemento constitutivo de la democracia.
Durante años, decía Sampaio, se hablaba de Europa, ahora se habla de Europa del norte y de Europa del sur.
Hay palabras que valen discursos. La austeridad no solo agrava la situación de los países en crisis, amenaza el seguro de paz que son la democracia y la construcción europea.
Las reformas son evidentemente necesarias, pero los gobernantes harían bien en hacerlas de forma que no nos conduzcan a un mal peor del que nos querían curar.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Relación entre deficit comercial y la deuda pública


Relación entre el déficit comercial y la #deuda pública

Imaginemos una España ideal, dónde cada uno encuentra su bienestar en el mercado de intercambios comerciales.

El fabricante de zapatos vende su producción a un distribuidor, el cual los revende a su vez a los comercios de tu barrio y ciudad, estos a los vecinos. Los vecinos venden al fabricante y distribuidores, bienes y servicios. Cada uno equilibra así su producción y su consumición, sus ventas y sus compras.

Intercambios equilibrados

Imaginemos que uno de los actores del comercio compra coches y los exporta, con las divisas extranjeras recibidas importa camisas que redistribuye en el mercado español.

En la medida que las entradas y salidas de divisas se anulan unas con otras, la compra de coches y la venta de camisas son dos operaciones ordinarias, poco importa que hayan pasado por el extranjero.

Intercambios desequilibrados

Volvamos a nuestro distribuidor de zapatos: supongamos que decide aprovisionarse en un fabricante chino, este paga al fabricante chino todo o parte de los euros que pagaba al fabricante español.

Si el fabricante chino no compra nada en España rompe el equilibrio inicial. El fabricante español de zapatos no puede reconvertirse y fabricar productos destinados a los chinos. Con la disminución de las ventas no puede consumir. El fabricante y sus empleados se ven en peligro de quiebra, paro, miseria…

La reactivación ilusoria

EL gobierno manifiesta su alegría por los bajos precios que el distribuidor propone a los consumidores en sus cadenas de venta, sin darse cuenta de la anomalía de una salida de divisas, no compensadas por una entrada de dinero equivalente.

En general el Gobierno culpa, sin razón, la irrupción del paro y la miseria, a la inadecuación  interna en entre la oferta y la demanda.

Si el gobierno es de izquierda, preconiza dinamizar la consumición, para ello aumenta el gasto público (plan E)… Si es de derecha intenta poner remedio dinamizando la actividad y reduce impuestos y tasas a las empresas (disminución de los ingresos fiscales).

En los dos casos, con remedios que están destinados a sus electores, el resultado es el mismo: el Estado se endeuda.

¿Donde encontrará el dinero necesario para compensar el déficit? Naturalmente en el banco central chino, que recuperó los euros de la venta de zapatos.

Es así que el Estado chino presta el dinero al Estado español para evitarle una crisis social, que el mismo provocó por no convertir sus divisas en productos españoles.

Esto hace dos ganadores: uno a largo plazo, el Estado chino que toma importantes posiciones en el Estado español; otro, a corto plazo; el importador de zapatos español, que se asegura grandes beneficios comprando a precios bajos zapatos chinos.

Esto también hace dos perdedores: uno a corto plazo, el pueblo chino, privado de importaciones que le proporcionarían un suplemento de bienestar. Otro el pueblo español condenado a la desindustrialización y la pérdida del saber hacer con mucha experiencia.

jueves, 18 de octubre de 2012

La deuda pública es el falso culpable


La deuda pública es el falso culpable
Culpabilizando la deuda pública y sacrificando la cohesión social y la estabilidad del euro, la UE se metió en un callejón sin salida, como lo hizo el canciller alemán Brüning, en 1930 y el francés Pierre Laval, en 1935.

La deuda pública no es la consecuencia del estado de bienestar de lujo que teníamos. Primero no era de lujo, era pagado con los impuestos de los trabajadores de este país. Segundo, la deuda pública es la consecuencia del desequilibrio del comercio exterior y se forma en reacción al déficit comercial con terceros países.

Reduciendo el déficit exterior, la deuda desaparece poco a poco, si no lo hacemos, toda tentativa de reducción de la deuda es ilusorio y peligroso.
Este análisis se funda mirando a la historia y en el propio credo liberal.

Metidos en una crisis sin precedentes, los jefes de gobierno de la zona euro se reunieron en Bruselas el 26 de octubre de 2011. De esta reunión salió la promesa de una ayuda a Grecia para pagar su deuda, a cambio de una estricta política de rigor.

El 28 de octubre, día de su fiesta nacional, los helenos salieron a las calles de Atenas y pusieron en peligro el plan de rescate. ¿Era la última tentativa de lucha o un sobresalto de lucidez antes de caer en el abismo? Probablemente lo segundo.

Convencidos que la deuda pública es el origen de todos los males, los dirigentes europeos renuevan el fatal error de los alemanes en 1930 y de los franceses en 1935, predicando y sometiendo a un desendeudamiento mortificante a los ciudadanos.

Deflación y rigor: el mismo fracaso

El rigor y el desendeudamiento preconizados por Bruselas, recuerdan la política establecida en Alemania en 1930 por el canciller Heinrich Bruning, bajas de salarios y reducciones masivas de las inversiones públicas.

El canciller quería contener los efectos de la crisis que había estallado en Wall Street dos años antes, sin tener que devaluar el marco ni relanzar la inflación, odiada por los alemanes desde 1923, el año inhumano, en el que la inflación alcanzó cimas increíbles. En noviembre de 1923, 1dólar valía centenas de miles de millones de marcos.

Su política, que por entonces se calificaba de deflacionista, relanzó la crisis económica y social y favoreció la llegada de Hitler al poder dos años más tarde.

Francia en 1935

En Francia en 1935, el presidente del consejo Pierre Laval, condujo una política deflacionista parecida a la de Brüning, disminuyendo el gasto público reputado improductivo, reducciones del salario de los funcionarios y nuevas tasas.

El objetivo era enderezar las finanzas del país sin devaluar el franco. Mantener un franco fuerte se convirtió en causa nacional.

Como hoy, la brusca disminución de la recaudación provocaba el aumento de la deuda pública en la misma medida que aumentaban las medidas de rigor.

El descontento popular desembocó en la victoria del frente popular, que tomó la decisión de devaluar el franco.

La zona euro en 2011

Hoy, confrontado a una nueva crisis financiera, a la subida del paro, a la fuga de empresas y capitales, Rajoy y su gobierno, no sé si inconscientemente, conducen la misma política que Heinrich Brüning y Pierre Laval, con la diferencia de que Rajoy  la llama rigor.

Rajoy y su gobierno del PP pedalean sin mirar atrás, ignorando las lecciones de la historia, confiando ciegamente en sus expertos consejeros, gente muy inteligente con opiniones discutibles.

Como entre las dos guerras, los dirigentes propician la cultura de una moneda fuerte, manteniendo el tipo de cambio en relación a monedas como el dólar y el yen, lo más alto posible.

Ven en ello la seguridad de las personas que viven de las inversiones financieras, una minoría de oligarcas multimillonarios y de los gestores de fondos de inversión.

Si los tipos de cambio bajan, las importaciones son más caras y hacen subir la inflación. Los asalariados pueden compensarlo con una subida de los salarios igual a la inflación, sin embargo los inversores financieros que tienen sus millones a un interés fijo ven su poder adquisitivo disminuir.

Esta perspectiva es insoportable, particularmente para los alemanes que cuentan con sus inversiones financieras para asegurar un buen nivel de vida en su jubilación.

El tratado de los engaños

Con el tratado de Maastrich en 1992, los dirigentes europeos se pusieron como objetivo hacer del euro un nuevo marco, para ello dieron como principal objetivo al BCE proteger la zona euro de la inflación. Restringir el crédito es una forma de conseguirlo.

Pero no es lo mismo el marco y el euro, el marco recibía su valor directamente de la potente industria de exportación alemana y el euro del efecto de una política voluntarista de los dirigentes europeos.

La moneda única no acercó el nivel de vida ni estimulo la economía de los  países más ricos y los más pobres de la zona euro. Más bien al contrario, el abismo entre los países del norte y del sur es mayor y las perspectivas son sombrías.

Los dirigentes europeos cometieron un dramático error de diagnóstico sobre la moneda única y lo repitieron con el tratado de Lisboa, que rechazaron en un referéndum los ciudadanos holandeses y franceses.

Las verdaderas causas del endeudamiento público

Los mismos dirigentes persisten en el mismo error, antes que cuestionar la política de un euro fuerte, prefieren culpar de todos los males a los Estados que se endeudan para pagar a los funcionarios y otorgar subvenciones.

Son como un mal médico, que le prescribiría a un enfermo con fiebre un baño de agua fría para hacerle bajar la temperatura. Los buenos médicos saben que la fiebre es el síntoma de una enfermedad no la causa y tratarán la causa no el síntoma.

Los países del sur de Europa curan sus males con déficits presupuestarios. Esos males se llaman desindustrialización y déficit de sus intercambios internacionales.

¿Cómo se llegó a esa situación?

En los años 1970 emergen dos fenómenos diferentes que se unirán para desembocar en la crisis que conocemos hoy:

1. La privatización parcial de los impuestos a través del recurso de los Estados a la deuda pública.

2. La liberalización de los intercambios y la apertura de las fronteras sin preocuparse de la reciprocidad.

Triunfo de la teoría monetarista

En la incertidumbre generalizada de los años 1970, los multimillonarios y los dirigentes se apuntan a la teoría monetarista de Milton Friedman.

Milton Friedman ve la clave de la prosperidad en el control de la masa monetaria por el banco central a través del manejo de los tipos de cambio.

Friedman siguiendo el razonamiento de Hayek, preconiza la privatización de los servicios de interés general y la reducción de los impuestos al mínimo imprescindible.

Desde entonces, los dirigentes europeos, queriendo o sin querer, poco a poco le fueron entregando el poder a los dueños del capital. El principio fue votar leyes que prohibieran a los estados pedir dinero directamente a sus bancos centrales, impidiendo así que los bancos utilizasen la impresora de billetes.

Para los dirigentes de la época el objetivo era consolidar el crecimiento económico, evitar devaluaciones monetarias y disuadir a los estados a endeudarse o al menos ponérselo más difícil y arriesgado.

Pero como muchas veces, con leyes mal pensadas, esas buenas resoluciones consiguen el efecto contrario bajo la presión de los gestores de los fondos de inversión, que gestionan grandes fortunas y las economías del ciudadano de a pié.

Guiados por su interés se dieron cuenta rápidamente de la ventaja de prestar a los gobiernos, con rendimientos constantes y garantizados, mejor que invertir en la industria y la innovación con todos los riesgos que eso representa.

Por un lado, disuaden a los Gobiernos en arreglarse solo con la recaudación de los impuestos y tasas, (que tienen la ventaja de ser gratuitas) y los incitan a buscar en el mercado, contra pago de intereses, las cantidades complementarias que necesitan para completar sus presupuestos. Los gobiernos sucumben a esa tentación de facilidad evitando las desagradables subidas de impuestos.

Por otro lado, avanzan en la teoría de Hayek, con el pretexto de una mejor eficacia, animan a los estados a privatizar y conceder al privado los servicios de interés colectivo, agua, transportes, telecomunicaciones, energía, salud etc.

El resultado fue claro y no admite discusión. Esas leyes desembocaron en un efecto contrario a su objetivo. Los estados nunca consiguieron presentar presupuestos equilibrados.

En los años 2000, se pasó a otra etapa con la colaboración público-privado, debilitando lo público. Los multimillonarios invierten en proyectos públicos como autopistas, hospitales… a cambio de confortables intereses fijos y sin riesgo. Esto equivale a una privatización de las finanzas públicas.

Una Europa ríe, la otra llora

El dogma neoliberal, mezcla de Friedman y de Hayek, hizo de los beneficios de las grandes empresas el único criterio de buena gestión de un país.

Es en ese contexto que Europa abrió las fronteras al tercer mundo y a China, permitiendo a si a los importadores de la gran distribución y a la gran industria aprovisionarse a precios de “tercer mundo”, vender a precios de “economía de mercado” y de paso ingresar importantes beneficios en cuentas de paraísos fiscales. La consecuencia fue que la industria del sur de europea empezó a declinar.

Las sólidas industrias del norte de Europa resistieron mejor debido a su especialización en bienes de equipo y productos de alto valor añadido, con clientes en todo el mundo.

Mejor, esas industrias se beneficiaron de la puesta en marcha de la zona euro, eso les facilitó la conquista de los países del sur de Europa, mientras estos se encontraron confrontados a dos“enemigos”, la competencia de los países asiáticos y a sus socios de la zona euro.

Los países del sur de Europa vieron caer dramáticamente sus exportaciones. Según el Banco de España, en los tres primeros meses del año 2012 el déficit exterior español era de 14.849,7 millones de euros.

El déficit comercial caracteriza una nación que consume más de lo que produce. Esta situación es insostenible a largo plazo, no es pensable que los extranjeros entreguen a España sus productos sin contra partida, eso sería un regalo.

La contrapartida necesaria se llama crédito, los vendedores extranjeros ponen el superávit monetario en las empresas y los bienes durables o lo prestan al Estado. En uno u otro caso adquieren una garantía sobre el país para el caso en que no puedan pagar la deuda.

La deuda anti dolor

El déficit comercial puede ser simplemente corregido con la devaluación de la moneda nacional. Pagando en divisas extranjeras, las importaciones cuestan más caras a los españoles, mientras que las exportaciones les cuestan más baratas a los extranjeros, restableciendo así la balanza comercial sin gran dolor para la sociedad.

Cuando la devaluación no es posible, como es el caso ahora con una moneda supranacional como el euro, y lo que es peor, cuando se juntan países excedentarios como Alemania y deficitarios como España, la reducción del déficit comercial es mucho más complicada.

De todas formas no existe otra solución, reducir las importaciones y aumentar las exportaciones.

La reducción de las importaciones implica una reducción de la demanda a través de una reducción de salarios o un incremento de tasas, cualquiera de ellas son medidas impopulares, del mismo tipo que las políticas deflacionistas de 1930.

El aumento de las exportaciones, con la misma moneda, supone una reducción drástica de los costes de producción, impuesta por vía gubernamental a través de leyes coercitivas. Podemos pensar que estarían basadas en una disminución de salarios o aumento de los horarios laborales sin aumentar el salario, o ambas simultáneamente.

Cualquiera de estas dos medidas es impopular, además de contraproducente, esto conduce a una disminución del consumo interno y los políticos, sometidos a la presión de las urnas, intentan evitarlas recurriendo a la emisión de deuda pública para compensar el déficit comercial.

Esos préstamos, los gobiernos los convierten en empleos más o menos improductivos, para compensar los que desaparecieron por la disminución de las exportaciones: animadores culturales, funcionarios públicos, ayudas al empleo, subvenciones a fondos perdidos a las empresas…

El miedo a la explosión social o una derrota electoral, convirtió a la deuda pública, en un instrumento indispensable para los Gobiernos, utilizándola para crear empleos de dudosa utilidad.

La relación entre el déficit comercial y la deuda pública aparece sin sorpresa en las cifras del Estado.

El estado no es como el ama de casa

Frente a sus contradictores, los apóstoles del rigor sacan siempre el mismo argumento recubierto de un manto de sentido común: El estado es como el ama de casa, no pueden gastar más de lo que tiene. Esta analogía es una falacia, tan simplista como decir que el sol gira alrededor de la tierra, con el único argumento de verlo salir al este y ponerse al oeste.

Los hogares son completamente dependientes de su entorno. Eso no es el caso de los Estados que se asimilan a un sistema autónomo, donde cada actor compra y vende a sus conciudadanos.

Las importaciones y exportaciones están, (normalmente), autorreguladas por la moneda. Si el volumen de importaciones supera el de las exportaciones, el desequilibrio se corrige, tarde o temprano, a través de una devaluación y en casos más graves la quiebra.

Deuda interna: el ejemplo japonés

Si un estado deja su moneda ajustarse a sus capacidades de exportación, no tendrá déficit comercial durable, en consecuencia tampoco deuda exterior.

Es lo que pasa en Japón, que como otros muchos es de ideología ultra liberal. Privatizó prácticamente todos los servicios colectivos y se endeudó más que nadie.

Desde hace veinte años el país sufre de astenia, con un crecimiento muy débil y un paro que aumenta. Eso no le impide seguir siendo muy sólido y resiste a los mercados como resistió a la catástrofe de Fukushima.

¿Cuál es su secreto? La libre fluctuación del yen, eso le permite conservar un excedente comercial y puede vivir sin endeudarse en el extranjero. Toda su deuda la soportan sus ciudadanos.

Deuda exterior: el caso occidental

Los “twin déficits” o déficits gemelos de los EEUU y la UE, no tienen nada que ver con la deuda japonesa. Estos comportan una deuda pública subscrita, sobre todo con inversores internacionales, esencialmente con fondos soberanos de estados con excedentes comerciales como los países exportadores de petróleo y países emergentes como Brasil o China.

Más que una privatización de impuestos se trata de un anticipo sobre hipotéticas exportaciones futuras, que vendrán a compensar un exceso de importaciones, estas sí, bien reales.

Los esfuerzos del gobierno de Rajoy por reducir la deuda, imitando a Laval o Brüning, no tendrán efecto, mientras las exportaciones sean inferiores a las importaciones.

Regreso al liberalismo clásico

Por falta de sentido político y olvido histórico, los neoliberales que orientan los asuntos europeos no perciben el carácter insostenible de las actuales políticas de rigor, que Pierre Laval o Brüning, llamaban política deflacionista.

Hoy, como en los años 30, en España y los otros países del sur europeos, la reducción de los gastos del Estado llevan ipso facto a una disminución de la actividad económica, eso conlleva una disminución en la recaudación fiscal a pesar del aumento de impuestos y tasas, sin reducir el déficit comercial. Más bien lo contrario, con la producción interior disminuyendo de mes en mes, los consumidores tienen tendencia a consumir productos importados.

Hay alternativa? Sin duda. Si comparamos Occidente con Japón, la deducción es fácil. Consiste en aplicar a Europa las recetas del liberalismo clásico: equilibrar la balanza comercial.

La solución más evidente, conforme a los cánones liberales clásicos, es devaluar la moneda, eso dinamiza rápidamente las exportaciones, al ser los productos más baratos a la exportación en los mercados fuera de Europa, al mismos tiempo frenan las importaciones, puesto que encarecen el precio de los productos importados.

Para los ciudadanos eso significa pagar más caro todos los productos importados, como la gasolina y productos electrónicos, pero lo admitirían mejor que todos los recortes y medidas de rigor legislativas de dudosa efectividad.

Otras medidas son posibles

Otras soluciones podrían ser aumentar el IVA para los productos importados. Un aumento del IVA, como lo hizo este gobierno, no tiene sentido, eso encarece todos los productos y disminuye en la misma medida el consumo interior.

Reorientar el gasto público en ayudas a las empresas exportadoras, ayudar a las empresas que trabajan en I+D+I, a los jóvenes investigadores…

Todas estas medidas y algunas más, reactivarían la actividad en Europa sin perder el euro, mejor, con la recuperación de todos los países de la zona euro la moneda recuperaría su valor.

El obstáculo alemán

Según ciertos especialistas, se puede devaluar el euro sin ninguna clase de trauma, autorizando al BCE emitir eurobonos, dicho de otra forma poner en marcha la fábrica de billetes.

Esta proposición fue rechazada con mucha firmeza, por parte de la mayoría de los estados europeos, encabezados por los alemanes y el ex director del BCE Jean C. Trichet, con el argumento de que eso nos llevaría a un aumento de la inflación en el interior de la zona euro.

Los alemanes se agarran más que nadie al dogma de la estabilidad monetaria, olvidando la política deflacionista de Brüning y recordando la híper inflación de 1923, una situación anormal directamente ligada a la derrota de 1918.

Los alemanes tienen puestas todas las esperanzas en sus ahorros, para asegurarse una buena jubilación y temen perder una parte de ellos si se devalúa el euro.

En caso de aumento de la inflación, los trabajadores pueden compensarlo con el aumento equivalente de su salario, pero los inversores que tienen su dinero colocado a largo plazo con intereses fijos, no pueden pretender una revalorización igual a la inflación.