lunes, 5 de noviembre de 2012

Relación entre deficit comercial y la deuda pública


Relación entre el déficit comercial y la #deuda pública

Imaginemos una España ideal, dónde cada uno encuentra su bienestar en el mercado de intercambios comerciales.

El fabricante de zapatos vende su producción a un distribuidor, el cual los revende a su vez a los comercios de tu barrio y ciudad, estos a los vecinos. Los vecinos venden al fabricante y distribuidores, bienes y servicios. Cada uno equilibra así su producción y su consumición, sus ventas y sus compras.

Intercambios equilibrados

Imaginemos que uno de los actores del comercio compra coches y los exporta, con las divisas extranjeras recibidas importa camisas que redistribuye en el mercado español.

En la medida que las entradas y salidas de divisas se anulan unas con otras, la compra de coches y la venta de camisas son dos operaciones ordinarias, poco importa que hayan pasado por el extranjero.

Intercambios desequilibrados

Volvamos a nuestro distribuidor de zapatos: supongamos que decide aprovisionarse en un fabricante chino, este paga al fabricante chino todo o parte de los euros que pagaba al fabricante español.

Si el fabricante chino no compra nada en España rompe el equilibrio inicial. El fabricante español de zapatos no puede reconvertirse y fabricar productos destinados a los chinos. Con la disminución de las ventas no puede consumir. El fabricante y sus empleados se ven en peligro de quiebra, paro, miseria…

La reactivación ilusoria

EL gobierno manifiesta su alegría por los bajos precios que el distribuidor propone a los consumidores en sus cadenas de venta, sin darse cuenta de la anomalía de una salida de divisas, no compensadas por una entrada de dinero equivalente.

En general el Gobierno culpa, sin razón, la irrupción del paro y la miseria, a la inadecuación  interna en entre la oferta y la demanda.

Si el gobierno es de izquierda, preconiza dinamizar la consumición, para ello aumenta el gasto público (plan E)… Si es de derecha intenta poner remedio dinamizando la actividad y reduce impuestos y tasas a las empresas (disminución de los ingresos fiscales).

En los dos casos, con remedios que están destinados a sus electores, el resultado es el mismo: el Estado se endeuda.

¿Donde encontrará el dinero necesario para compensar el déficit? Naturalmente en el banco central chino, que recuperó los euros de la venta de zapatos.

Es así que el Estado chino presta el dinero al Estado español para evitarle una crisis social, que el mismo provocó por no convertir sus divisas en productos españoles.

Esto hace dos ganadores: uno a largo plazo, el Estado chino que toma importantes posiciones en el Estado español; otro, a corto plazo; el importador de zapatos español, que se asegura grandes beneficios comprando a precios bajos zapatos chinos.

Esto también hace dos perdedores: uno a corto plazo, el pueblo chino, privado de importaciones que le proporcionarían un suplemento de bienestar. Otro el pueblo español condenado a la desindustrialización y la pérdida del saber hacer con mucha experiencia.

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