martes, 29 de octubre de 2013

El Big Brother es temible

The big brother is watching you



 El Big Brother es temible...

La agencia de seguridad norte americana (NSA) sigue siendo noticia. El último escándalo conocido se refiere a la puesta bajo escucha el teléfono móvil de la Canciller alemana Merkel.

¿Hasta qué nivel los países pueden llevar a cavo las operaciones de espionaje?

La pregunta surge a raíz de las revelaciones de Edward Snowden, ex empleado de la NSA, la mayor agencia de inteligencia de EE.UU., actualmente refugiado en Rusia.
 
Habría que ser muy ingenuo para ignorar el hecho de que todos los países del mundo tienen un servicio de inteligencia y realizan actividades de espionaje.

El seguimiento es una tarea del Estado, permite prevenir atentados terroristas y otros problemas para la seguridad del estado y sus habitantes. Esta actividad de inteligencia debe tener como objetivo, en principio, proteger a sus habitantes.

Pero lo que estamos viendo desde el comienzo del verano y los últimos días han demostrado que la información supera el objetivo de protección.

Afectados por los atentados del 11 de septiembre de 2001, los Estados Unidos no sólo no se contentaron con espiar a individuos y países sospechosos, también a personas por el solo hecho de pertenecer al mundo de los negocios o de la política.

Este espionaje tomó dimensiones dantescas: del 10 de diciembre 2012 al 8 de enero 2013, más de70 millones de grabaciones de datos telefónicos y electrónicos fueron realizados en Francia y 30 millones en España por la NSA.

Todos sabíamos que el Gran hermano tenía enormes orejas y todos estamos sorprendidos por la amplitud de las escuchas americanas.

Podemos comprender que Washington siga de cerca  los movimientos de ciertos individuos o países sospechosos, lo incomprensible, chocante y desleal es que aliados como Angela Merkel u otros dirigentes europeos, entre los que probablemente se encuentren los españoles hayan caído en las redes del espionaje americano.

Las nuevas tecnologías convierten a Big Brother en un aliado temible. El que debería ser garante de las libertades se convierte en su peor enemigo.

Es una paradoja ver un estado que se supone encarna la democracia, comportarse como un estado totalitario que somete los ciudadanos a una vigilancia policial draconiana.

La tecnología permite, hoy en día, a los Estados Unidos, saber mucho más no solo sobre los estadounidenses, también sobre todos los habitantes del planeta. Esto obviamente no es aceptable.

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