Los suizos quieren conciliar su actividad económica con
la preservación del medio ambiente y en este sentido, estos últimos años,
pusieron en marcha una política energética y de transporte basada en la
sostenibilidad.
En 2007, un estudio del Foro económico mundial designó
a Suiza como el país más competitivo del mundo en materia de transporte y
turismo.
El éxito de la economía Suiza reposa sobre una
producción de gran valor añadido y una mano de obra altamente cualificada.
Entre los sectores punteros se pueden citar el de la micro tecnología, la alta
tecnología, la biotecnología, el turismo, la industria farmacéutica, banca y
seguros.
Según el economista
helvético Stéphane Garelli, sus perspectivas económicas son prometedoras, los
suizos no tienen ninguna razón para renunciar a lo que quieran. La consumición
en Suiza debería seguir aumentando, con una progresión de 1,9% en 2014 y 1,6 en
2015.
La situación económica
es buena y seguirá mejorando a corto plazo gracias a una demanda interior
vigorosa y a la economía mundial que se estabiliza.
Los suizos tienen
buenas razones para confiar en su economía, en mantener su poder adquisitivo y
con la inflación bajo control, pueden ofrecerse todo lo que necesitan y un poco
más.
Según Stéphane Garelli,
los principales clientes de los productos made in Switzerland, EEUU y China
tienen el viento en popa. Otros países emergentes como Brasil, absorben cada vez más productos suizos y mantienen un
crecimiento importante.
Esta clientela debería
permitir a la Confederación Helvética seguir creciendo, con una progresión del
2% en 2014, el doble de la media europea.
Suiza tiene bases
sólidas para absorber los choques que podrían desencadenar este año ciertas
naciones europeas, entre las que se puede encontrar España, con un crecimiento
muy débil, entrecortado con periodos de crisis.
Dicho de otra forma,
los suizos no tienen razones para temer por su empleo. Sus empresas, incluidas
las PEM, son solidas y hasta pueden soñar con mejoras salariales, lo que les
permite hacer proyectos y gastar el dinero sin miedo a un futuro doloroso.
Comercio
Suiza no posee recursos mineros y ocupa una
superficie pequeña. Debido a su exiguo mercado interior, (menos de 8 millones
de habitantes), sus fabricantes se vuelcan en mercados internacionales para
poder rentabilizar las inversiones en Investigación Desarrollo e Innovación (I+D+I).
Importa materia prima y exporta productos
manufacturados de alta calidad. En 2003, una tonelada de productos exportados
tenía el mismo valor que 2,25 toneladas importadas, lo que explica el excedente
comercial helvético.
Según un censo de 2008, el 99% de las empresas
suizas tienen menos de 250 empleados, dos tercios de los empleos. La empresa
más grande es Nestlé, un gigante mundial con unos 278.000 empleados.
Según la clasificación “Global500” establecido por
la revista americana Fortune para el
año 2010, quince empresas suizas figuraban entre las 500 más grandes del mundo
en capitalización bursátil.
Contrariamente a lo que piensa mucha gente no son
los bancos el sector más importante de la economía Suiza. La industria
de maquinaria, equipamientos eléctricos y metales (MEM) son los principales
suministradores de empleos del país, con más de 330.000 trabajadores.
Debido a su fuerte inversión en I+D+I, las
empresas suizas son muy competitivas a nivel internacional. Ciertos sectores
exportan más del 90% de su producción. Los más conocidos son los relojes, el
chocolate y el queso. Sin embargo, la mecánica, la electrotécnica y la química,
representan ellas solas la mitad de las exportaciones suizas.
Suiza es uno de los principales exportadores de
productos tales como máquinas textiles, máquinas de papel, material de
impresión, maquinaria de precisión, ascensores y escalators, material de acondicionamiento
y ferrocarril de cremallera. Todas ellas de alto valor añadido.
Este es el panorama económico suizo. Visto desde
España y en el estado actual, parecerá un espejismo a la mayoría de los
españoles. Suiza no es solo bancos, donde los piratas de la economía española
llevan sus millones, es un país de trabajadores muy cualificados, donde una
parte muy importante de los presupuestos del estado y de las empresas se
destinan a I+D+I y aquí reside el secreto.
Para España la
mejor y más viable de las soluciones es seguir el ejemplo suizo, invertir en
investigación, desarrollo e innovación. Crear productos de alto valor añadido y
sin competencia en el mercado. Esto explica que a pesar de la crisis y de tener
salarios muy superiores a los españoles, Suiza tenga una tasa de paro inferior
a 3% y finanzas sanas.
Mejorar la
competitividad bajando los salarios, no es la solución, ni para el país ni para
sus ciudadanos, ni para la industria, ni para la recaudación de impuestos, ni
para las pensiones. Suiza es el ejemplo a seguir.
Estos
videos les ayudará a conocer un poco mejor la realidad Suiza.