sábado, 18 de enero de 2014

EL DINERO CIEGA A LA FIFA









¿La final de la copa del mundo de 2022 en Navidad o en Año Nuevo? Aun no estamos pero vamos directo a ello.
Las declaraciones, oficialmente prematuras, hechas por el secretario general, Jérôme Valcke, son significativas del profundo malestar en el que se encuentra la Federación Internacional de Futbol (FIFA).
Quedan ocho años para disputar un torneo de nivel mundial, condenado a ser disputado en una cabina de sauna o en invierno, la estación del año en el que el calor es más soportable.
Seamos serios, en Qatar 11586 km2 siempre hizo mucho, mucho calor. Demasiado calor para jugar al futbol en verano. ¿Que mosca pudo picar a la toda poderosa FIFA el 2 de diciembre de 2010, para atribuir sin pestañear, la organización de la Copa del Mundo al pequeño emirato de la península arábiga?
¿Fue la garantía dada por los organizadores qatarís de construir gigantescos estadios climatizados, donde la temperatura se mantendría entre 26 y 28 grados? ¡Tal vez! ¿Tomaría la FIFA la decisión mirando el aspecto 100% ecológico? Es una broma.
La atribución del Mundial de futbol 2022 a Qatar (poco más grande que Asturias), que no posee ninguna cultura futbolística, pero que inyecta cada día más petrodólares en el futbol business, se inscribe en esa lógica cada día más mercantil seguida por las grandes organizaciones deportivas internacionales, que hacen negocio allí donde el dinero brota como agua de una fuente o donde los nuevos mercados son importantes.
Toda lógica tiene sus límites y la FIFA, peor para ella, lo está aprendiendo a su costa. En la naturaleza, las condiciones climáticas imponen sus condiciones de juego…
¿Un mundial en diciembre? Ya empieza a notarse el enfado de los sponsors y de algunos medios de comunicación, de las federaciones nacionales e internacionales, frente a un calendario difícil de gestionar.
Atribuir el Mundial 2022 a Qatar fue una idea loca, pero el dinero ciega…


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