Nunca más “eso” y hubo Ruanda
El siglo XX comenzó con el genocidio de 1,2
millones de armenios. Continuó con el más terrorífico de todos, el de los 5 a 6
millones de judíos durante la segunda guerra mundial. A este siguió el de 2
millones de camboyanos entre 1975 y 1979.
Srebrenica, con 8000 muertos, en la guerra de los Balcanes, calificada de
genocidio por el Tribunal penal internacional, competente para juzgar los
crímenes más graves de la humanidad. Cada vez, el mundo se indignó y gritó:
¡Nunca más eso!.
Y eso se reprodujo en Ruanda, hace 20 años, del 7
abril a mediados de julio de 1994, 800000 personas, la mayoría Tutsis, fueron
masacradas. La verdad de lo que pasó no se estableció y probablemente no lo sea
nunca!
Las causas son conocidas, resumiendo, vienen de
la descolonización belga, que se hace favoreciendo a la mayoría Hutu. Los Tutsis
se exiliaron y más tarde quisieron regresar al país, eso desencadenó la guerra
civil y desembocó en el genocidio. Los Tutsis fueron las principales víctimas,
pero también hubo Hutus masacrados. El presidente Paul Kagame, un Tutsi, que
tomó el poder en 1994 y lo conserva hasta hoy con una mano de hierro, rechaza
que la historia comente los crimenes cometidos por su propia etnia.
Un muro de silencio encierra la verdad sobre los
hechos ocurridos en 1994. Eso permite al presidente Kagame, acusar a Francia de
cómplice de la masacre.
Un genocidio se preparaba, pero las fuerzas de la
ONU, formadas sobre todo por tropas francesas, no supieron o no pudieron
evitarlo. ¿Puede haber reconciliación entre Ruandeses sin que se establezca la
verdad? La sospecha continuará entorpeciendo las relaciones entre Kigali y la
comunidad internacional.
Ruanda se estabilizó y modernizó. El aumento de
la población, sobretodo agrícola, provocará una mayor presión sobre el reparto
de tierras dedicadas a la agricultura, esto causará tensiones entre las
diferentes comunidades, como antes del genocidio.
Nunca más “eso”, ¡cierto!, pero sería necesario
establecer toda la verdad sobre “eso” para no exponerse a que otro “eso” se
repita!
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