La interrupción del embarazo toca la carne, la vida y el alma
Sujeto
sensible, cargado de emoción, el aborto no es solo una cuestión personal. Toda
la sociedad se ve implicada y siente más compasión que deseo de juzgar.
El proyecto de
ley Gallardón, constituye una nueva cruzada contra la despenalización del
aborto decidida por el PSOE. En democracia nada es definitivo, el debate actual
lo demuestra.
Los partidarios
de esta ley salen disfrazados. Argumentan que defienden al eslabón más débil de
la cadena y el derecho a la vida (el feto) pero en realidad buscan pura y
simplemente abolir el aborto que es, para ellos, moralmente reprensible.
Su acción no es
solamente hipócrita, también inútil y peligrosa. Los que defienden los derechos
de los fetos de unos días, son los mismos que miran para otro lado frente a las
necesidades de los niños en riesgo de exclusión social, disminuyen las
subvenciones a los comedores escolares y recortan los derechos y las
prestaciones de las personas con discapacidad.
Es inútil
porque la aplicación de esa ley no haría disminuir el número de abortos, solo pondría
en peligro y discriminaría a las mujeres con posibilidades económicas bajas que
no pueden ir al extranjero.
Es peligrosa por las
dificultades financieras, que podría
incitar a las mujeres a recurrir a los fabricantes de ángeles modernos:
medicamentos abortivos dudosos que adquiridos a bajo precio en internet,
que podrían tener consecuencias peores que las operaciones clandestinas con
agujas de calcetar de siniestra memoria. A esto habría que añadir la incidencia sobre la salud de las mujeres, las complicaciones debidas
a intervenciones o tratamientos inadecuados. Además probablemente
traería consecuencias sanitarias y financieras para la seguridad social.
El aborto es
una cuestión de elección y de consciencia. Hay algo de indecencia en pretender
resumir todo en que es para proteger la vida de los más débiles. El cambio
legislativo creará más problemas de los que resolverá.
La ley actual NO OBBLIGA AL ABORTO, algo que parece ser olvidado!. Las personas que recurren a este acto lo hacen en total libertad, según sus necesidades, sus creencias y su moral.
La ley actual NO OBBLIGA AL ABORTO, algo que parece ser olvidado!. Las personas que recurren a este acto lo hacen en total libertad, según sus necesidades, sus creencias y su moral.
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