sábado, 8 de febrero de 2014

El aborto



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

La interrupción del embarazo toca la carne, la vida y el alma

Sujeto sensible, cargado de emoción, el aborto no es solo una cuestión personal. Toda la sociedad se ve implicada y siente más compasión que deseo de juzgar.
El proyecto de ley Gallardón, constituye una nueva cruzada contra la despenalización del aborto decidida por el PSOE. En democracia nada es definitivo, el debate actual lo demuestra.
Los partidarios de esta ley salen disfrazados. Argumentan que defienden al eslabón más débil de la cadena y el derecho a la vida (el feto) pero en realidad buscan pura y simplemente abolir el aborto que es, para ellos, moralmente reprensible.
Su acción no es solamente hipócrita, también inútil y peligrosa. Los que defienden los derechos de los fetos de unos días, son los mismos que miran para otro lado frente a las necesidades de los niños en riesgo de exclusión social, disminuyen las subvenciones a los comedores escolares y recortan los derechos y las prestaciones de las personas con discapacidad.
Es inútil porque la aplicación de esa ley no haría disminuir el número de abortos, solo pondría en peligro y discriminaría a las mujeres con posibilidades económicas bajas que no pueden ir al extranjero.
Es peligrosa por las dificultades financieras, que podría incitar a las mujeres a recurrir a los fabricantes de ángeles modernos: medicamentos abortivos dudosos que adquiridos a bajo precio en internet, que podrían tener consecuencias peores que las operaciones clandestinas con agujas de calcetar de siniestra memoria. A esto habría que añadir la incidencia sobre la salud de las mujeres, las complicaciones debidas a intervenciones o tratamientos inadecuados. Además probablemente traería consecuencias sanitarias y financieras para la seguridad social.
El aborto es una cuestión de elección y de consciencia. Hay algo de indecencia en pretender resumir todo en que es para proteger la vida de los más débiles. El cambio legislativo creará más problemas de los que resolverá.

La ley  actual NO OBBLIGA AL ABORTO, algo que parece ser olvidado!. Las personas que recurren a este acto lo hacen en total libertad, según sus necesidades, sus creencias y su moral.




 

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