
El partido, nacido de esta
coalición de extrema izquierda, ganó con más claridad de la prevista en los
sondeos. En Europa se veía venir esta victoria. Después de mandar toda clase de
advertencias a los griegos, los dirigentes europeos y particularmente Alemania,
calmaron el discurso. A partir de ahora tendrán que contar con Syriza!
Será complicado. El programa de
la coalición es tan radical como su nombre. Renegociar la deuda o eliminar una
parte de esta, es una reivindicación que chocará de frente con los principios y
el discurso habitual de Alemania y su canciller Angela Merkel.
Si añadimos a la promesa de
aumentar los salarios, el restablecimiento de la paga extra de Navidad que
tenían los jubilados grecos, los tratamientos médicos o la electricidad gratis
para los parados, el choque está garantizado. Eso es demasiado para los dogmas
de austeridad que defienden en el norte de Europa!

Alexis Tsipras, como Renzi, no
tiene una barita mágica para luchar contra la corrupción y hacer llegar el
dinero a las arcas de estado. Con eso Merkel estaría de acuerdo! Pero hasta
ahora, toda la clase política griega se rompió los dientes en el intento!

Pero, ¿cómo hacerlo solo o casi,
frente a un sistema que va defenderse como gato panza arriba contra las
soluciones propuestas de la izquierda radical? La victoria de Syriza es una
entrada en la incertidumbre…