Mahomet desbordado por los integristas.
Es duro ser amado por imbeciles
El atentado terrorista contra la redacción de Charlie Hebdo estaba dirigido
contra un símbolo de la democracia: la libertad de expresión y la de la prensa
satírica en particular. La onda de choque provocada por la carnicería suscitó una
ola de indignación y de emoción en toda Europa.
El ataque preciso y calculado, tocó el corazón del semanario fusilando una
reunión de la redacción. Guiada por la provocación, la pluma acida del Charlie
Hebdo rechazaba sucumbir al miedo de los exaltados de todo pelo, incluidos esos
fanáticos asesinos. Sus periodistas y dibujantes cultivaban la impertinencia y
la insolencia. Heredaron el ADN irreverente del famoso Hara-Kiri. Querían
reírse de todo, aunque fuese de forma estúpida y maliciosa, como del Frente
Nacional, uno de sus blancos favoritos.
El diario se atrevió a publicar en 2006 las caricaturas del profeta
Mohamed. Desde entonces se sabían amenazados por una nebulosa islamista. La
protección policial no sirvió de nada. ¿Quién podía pensar que a los dibujos
alguien respondiese con armas y a la tinta con sangre?
Francia no estaba directamente amenazada, pero el Estado fue atacado en uno
de sus pilares importantes: la libertad. Ahora tendrá que tranquilizar al país
y evitar la psicosis social y la islamofobia.
Esa venganza atroz, en nombre del Profeta, dañará gravemente la imagen del
islam. Actos como este inquietan al mundo occidental.
Funesta coincidencia: el último libro de Michel Houellebecq, Sumisión, que
trata de la islamización de Francia, salía de la imprenta el miércoles y estaba
en la cobertura de Charlie Hebdo.
Estrellas entre los muertos, los cuatro talentosos caricaturistas,
expresaban la valentía y la resistencia. Armados con un lápiz, siempre lucharon
contra la intolerancia, el fanatismo y el oscurantismo. Ese combate fue su
razón de vivir y la razón de su muerte!
Por el estupor y el horror que suscita este atentado salvaje perpetrado en
un país democrático, la ejecución de Charlie Hebdo tiene cierto parecido con
los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva york, más por la simbología
que por el numero de víctimas. También habrá un antes y un después del
asesinato de Charlie Hebdo, muerto por
usar la libertad de prensa para hacer retroceder el nivel de intolerancia.
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