En el marco del Protocolo de Kyoto, los países participantes, menos EEUU, China y Corea del Sur, a los que se sumó Canadá de regreso de Durban hace dos días, se comprometieron a reducir las emisiones de gas a efecto invernadero de 8% con respecto a 1990, entre 2008 y 2012.
No solo no se llegó si no que aumentaron. A pesar de todo, al intentar cumplir los compromisos, algunos ... de los países firmantes recurrieron a la astucia, prevista en el protocolo, de comprar certificados de emisión.
Esos certificados atestan que ese país realizó, en el extranjero, la reducción de emisiones que no consiguió en su suelo. Un verdadero mercado de la polución a escala mundial.
Siendo el calentamiento un problema de nivel mundial, podríamos decir: solo el resultado global cuenta.
Los certificados consisten, groso modo, en lo siguiente: En los países poco desarrollados, por el hecho de tener poca industria polucionan poco. Al no alcanzar las cuotas de polución, la diferencia se la pueden vender a los países que la sobrepasan.
Estos certificados, yo los llamo “Certificados de buena conciencia”. Pagan a los países pobres por contaminar. Así la cantidad global de polución, a nivel mundial puede seguir aumentando y estos certificados no solucionan el peligro climático.
La agencia internacional de la energía lanzó un grito de alarma: Las emisiones de CO2, en lugar de bajar, experimentaron un fuerte incremento entre 2009 y 2010, 3% por año durante 10 años, tres veces más que durante los 10 años precedentes. A este ritmo el planeta sufrirá un aumento del calentamiento del 4%.
Para evitar una catástrofe, sería urgente invertir masivamente en energías renovables.
Desgraciadamente el Sr. Diego no ve ese peligro inminente, estará esperando que el primo de Rajoy se lo demuestre.
No solo no se llegó si no que aumentaron. A pesar de todo, al intentar cumplir los compromisos, algunos ... de los países firmantes recurrieron a la astucia, prevista en el protocolo, de comprar certificados de emisión.
Esos certificados atestan que ese país realizó, en el extranjero, la reducción de emisiones que no consiguió en su suelo. Un verdadero mercado de la polución a escala mundial.
Siendo el calentamiento un problema de nivel mundial, podríamos decir: solo el resultado global cuenta.
Los certificados consisten, groso modo, en lo siguiente: En los países poco desarrollados, por el hecho de tener poca industria polucionan poco. Al no alcanzar las cuotas de polución, la diferencia se la pueden vender a los países que la sobrepasan.
Estos certificados, yo los llamo “Certificados de buena conciencia”. Pagan a los países pobres por contaminar. Así la cantidad global de polución, a nivel mundial puede seguir aumentando y estos certificados no solucionan el peligro climático.
La agencia internacional de la energía lanzó un grito de alarma: Las emisiones de CO2, en lugar de bajar, experimentaron un fuerte incremento entre 2009 y 2010, 3% por año durante 10 años, tres veces más que durante los 10 años precedentes. A este ritmo el planeta sufrirá un aumento del calentamiento del 4%.
Para evitar una catástrofe, sería urgente invertir masivamente en energías renovables.
Desgraciadamente el Sr. Diego no ve ese peligro inminente, estará esperando que el primo de Rajoy se lo demuestre.