Ni en España ni en el extranjero, a los ricos no les gustan los pobres. Los ven sucios, reivindicadores, mal educados y tristemente incapaces de entender la belleza del sistema. ¿Acaso, hace poco no tuvieron la osadía de salir a la calle en toda España con eslóganes simplificadores y pancartas vengadoras?
UNA CLASE MEDIA DE IDA Y VUELTA
En España, conseguimos prácticamente, erradicar la pobreza desde nuestro ingreso en la Unión Europea y en esta, desde el final de la segunda guerra mundial. Los pocos pobres que quedaban eran casos aislados, de los que se ocupaban los servicios de asistencia social. Constituida de una inmensa clase media y algunos ricos ordinarios o extraordinarios, que lejos de chocar, eran modelos a imitar. España vivía en paz.
Hoy, una clase empobrecida se forma en nuestro país, compuesta de parados y trabajadores con salarios precarios, seres humanos que no están seguros de como llegar a final de mes.
Claro que comparados a los pobres de Somalia, estos nuevos pobres, parecen millonarios. No tienen riesgo de morir de hambre, no van desnudos por la calle y terminan encontrando un techo para dormir y siempre encuentran alguien para decirles “de que te quejas”.
Pero hay que juzgar las cosas en su contexto. La mayoría de esos nuevos pobres vienen de la clase media, han conocido mejor fortuna, eran empleados o jefes, tenían trabajo y vivían confortablemente, tenían coche y una casa que pagarían durante 50 años. Cuando se encontraron en paro cayeron de alto y, como decía mi abuelo, caer de alto hace más daño que caer de bajo.
A fuerza de trabajo, esos trabajadores, sus padres o abuelos, lograron acceder a la clase media, que era para ellos una clase con muchas promesas: Si te esfuerzas y trabajas duro, tú y tus hijos accederéis a una clase suficientemente holgada para que ninguna crisis, por dura que sea, pueda devolveros a la miseria ancestral.
Para aquellos que hoy regresaron a la pobreza, que se encuentran en el punto de partida del juego de la oca social, esas promesas, esos esfuerzos no valen nada.
He aquí que el Gobierno del PP, financieros ricos o grandes economistas del FMI, del BCE o del ECOFIN, les explican a esos venidos a menos, que el regreso a la pobreza es parte de un admirable mecanismo de reactivación económica, reactivación de la cual ellos serán los primeros beneficiarios mañana, pasado mañana, o cuando estén muertos.
Gracias a los empleos que se crearán, tendrán la posibilidad de volver a empezar el exaltante camino hacia esa clase media que sus abuelos recorrieron años atrás.
Mientras tanto, los responsables de esta crisis siguen anunciando millones de beneficios, siguen pidiendo que se rebajen los costes por despido de los trabajadores, al mismo tiempo los directivos se van de las empresas con millones de euros en la cartera.
Así va, así vive, así se desarrolla el neoliberalismo.
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