martes, 25 de septiembre de 2012

Alemania, no es oro todo lo que reluce


En Alemania, el éxito no se reparte entre todos

Alemania, la primera economía europea, a la que todo parece salir bien económicamente en esta crisis. Esta imagen halagüeña se ve afectada por la pauperización creciente de ciertas categorías de la población, encabezados por los bajos salarios y los jubilados.
En la primera economía europea que parece sobrevolar sin ningún problema la crisis actual, los más ricos son los que más ganan.

El último informe gubernamental, publicado recientemente, confirma que el 10% de las familias alemanas más ricas poseen actualmente el 53% de los 10´000 millones de euros de riquezas privadas del país, cuando diez años antes era el 45%.
Comparándolo con la mitad de los hogares alemanes más pobres, estos se reparten el 1% de esa riqueza, cuando diez años atrás era el 4%.

El salario hora ya no es suficiente, ni trabajando a tiempo completo, para asegurar la subsistencia a una persona soltera, esto acentúa el riesgo de pobreza y fragiliza la cohesión social” advirtió la ministra de trabajo.
Alabado en el extranjero por su flexibilidad y la baja tasa de paro, el mercado del trabajo alemán es cada vez más criticado por los sindicatos y algunos economistas, que denuncian la creación de una sociedad a dos velocidades.

Entre 2006 y 2010, la proporción de trabajadores pobres en Alemania continuó con una tendencia alcista alcanzando más del 20% en las empresas de más de diez empleados, según la Oficina federal de estadísticas alemana.
La ausencia de un salario mínimo y la multiplicación de los empleos precarios, los famosos “mini-jobs” muy mal pagados, fragilizan una situación financiera de muchos.

Preocupaciones para los jubilados
Las dificultades no tocan únicamente a los asalariados, cada día son más los jubilados victimas colaterales de un mercado de trabajo poco protector.

A pesar de que haya cotizado 35, 40 o 45 años, a pesar de que tenga un trabajo cualificado y a pesar de haber tenido constantemente un salario, no tendrá una jubilación superior al mínimo vital” advirtió recientemente la ministra de trabajo, la conservadora Ursula von der Leyen en el Parlamento.
Según los investigadores del instituto de macroeconomía y coyuntura de la fundación Hans-Böckert, alguien que gana unos 2000 euros por mes debería haber trabajado 43,5 años en 2030 para cobrar una renta mínima de jubilación equivalente a unos 700 euros.

Sin olvidar que numerosas mujeres son apartadas del mercado del trabajo a partir del momento de ser madres y por ese hecho dejan de cotizar lo suficiente.

Pero la canciller Angela Merkel, confrontada a la fecha crucial de las elecciones legislativas programadas para el otoño 2013, que no quiere enfrentarse a sus compañeros liberales, con una revalorización costosa de las pensiones hizo oídos sordos al grito de alarma de su ministra.
Con las reformas de las pensiones y del mercado de trabajo de estos diez últimos años, aumentó el riesgo de pobreza entre las personas de cierta edad”, afirma la fundación Hans Böckler.

Pequeños trabajos
El riesgo de una situación a la americana, en donde muchos jubilados se encuentran obligados a hacer pequeños trabajos poco gratificantes para llegar a fin de mes, se amplifica.

En este momento, Alemania, es el país europeo que cuenta con más personas de más de 65 años y con la baja de natalidad más elevada. Más de 761’000 séniores trabajan para completar su pensión, de los cuales 118’000 tiene más de 75 años y está constante progresión.

Si se excluyen los que desean trabajar para mantenerse activos, sindicatos y partidos de izquierdas, ven en esas cifras una tendencia alarmante.

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