Goldman Sachs, por encima del bien y del
mal
Es una extraña forma de celebrar
el quinto aniversario del principio de la crisis financiera. Goldman Sachs, el
banco que simboliza las “malas prácticas” de Wal Street y del mundo financiero,
no será inquietado por la justicia.
Las autoridades federales americanas anunciaron, el 9 de agosto, que cancelaban todas las investigaciones en curso contra el gigante bancario. Según el ministro de justicia no había bases solidas para un proceso criminal contra el banco o sus empleados.
El informe, sin embargo, parecía voluminoso. En él estaba lo más emblemático de la crisis, las artimañas del banco en el mercado de las “subprimes”, productos que fueron el origen de la crisis. Su presidente, Lloyd Blankfein, fue sospechoso de perjurio por haber mentido bajo juramento ante los senadores americanos.
La justicia americana abrió una investigación después de la comisión de investigación del senado sobre los orígenes de la crisis financiera.
Durante 18 meses, esta comisión, interrogó numerosos testigos, escuchó a los principales responsables bancarios, decorticó miles de documentos y correos internos.
En un voluminoso informe, la comisión revelo todas las derivas de Wall Street terminando con una declaración lapidaria: “La crisis no fue el resultado de una catástrofe natural, fue el resultado de productos financieros complejos y de alto riesgo, del conflicto de intereses secretos, del fracaso de los reguladores, de las agencias de notación y del mismo mercado, incapaz de controlar los excesos de Wall Street.
En ese informe, Los senadores confirmaron las revelaciones de Michael Lewis en su libro The big short, sobre el papel del banco en el mercado hipotecario. Junto al Deutsche Bank, Goldman Sachs, fue el actor principal de toda la invención financiera, de la que conocemos hoy la consecuencia de la toxicidad. Durante sus buenos años, el banco emitió más de 100 mil millones de dólares de productos contaminados.
Maximizar los beneficios
A partir de diciembre de 2006, Goldman Sachs ve signos anunciadores de catástrofe. Las familias que no pueden afrontar el pago de sus hipotecas son más numerosas cada mes. Por esa fecha G. Sachs posee más de 15 mil millones de dólares en subprimes y productos contaminados en su cartera. Da orden de venderlos a cualquier precio. El Banco crea el fondo ABACUS, donde mete una parte de sus productos tóxicos y se apresura para vendérselo a sus clientes. Al mismo tiempo que vende esa porquería especula a la baja sobre los mismos productos. El engaño ya estaba organizado.
Durante las audiciones, los senadores descubrieron la otra cara del espejo. Con la cara compungida, Lloyd Bankfein, el que meses antes se hacía pasar por el banquero que ejecutaba la voluntad de Dios, aseguraba a los senadores con la mano en el corazón, que no estaba al corriente de nada y lamentaba profundamente esas artimañas no conformes a la cultura del banco.
La comisión senatorial americana, probó que la dirección de Goldman Sachas
no podía ignorar lo que pasaba. A partir de diciembre 2006, el departamento de
créditos hipotecarios y subprimes fue puesto bajo la responsabilidad directa de
la dirección general, que vigila constantemente la evolución de la situación.Las autoridades federales americanas anunciaron, el 9 de agosto, que cancelaban todas las investigaciones en curso contra el gigante bancario. Según el ministro de justicia no había bases solidas para un proceso criminal contra el banco o sus empleados.
El informe, sin embargo, parecía voluminoso. En él estaba lo más emblemático de la crisis, las artimañas del banco en el mercado de las “subprimes”, productos que fueron el origen de la crisis. Su presidente, Lloyd Blankfein, fue sospechoso de perjurio por haber mentido bajo juramento ante los senadores americanos.
La justicia americana abrió una investigación después de la comisión de investigación del senado sobre los orígenes de la crisis financiera.
Durante 18 meses, esta comisión, interrogó numerosos testigos, escuchó a los principales responsables bancarios, decorticó miles de documentos y correos internos.
En un voluminoso informe, la comisión revelo todas las derivas de Wall Street terminando con una declaración lapidaria: “La crisis no fue el resultado de una catástrofe natural, fue el resultado de productos financieros complejos y de alto riesgo, del conflicto de intereses secretos, del fracaso de los reguladores, de las agencias de notación y del mismo mercado, incapaz de controlar los excesos de Wall Street.
En ese informe, Los senadores confirmaron las revelaciones de Michael Lewis en su libro The big short, sobre el papel del banco en el mercado hipotecario. Junto al Deutsche Bank, Goldman Sachs, fue el actor principal de toda la invención financiera, de la que conocemos hoy la consecuencia de la toxicidad. Durante sus buenos años, el banco emitió más de 100 mil millones de dólares de productos contaminados.
Maximizar los beneficios
A partir de diciembre de 2006, Goldman Sachs ve signos anunciadores de catástrofe. Las familias que no pueden afrontar el pago de sus hipotecas son más numerosas cada mes. Por esa fecha G. Sachs posee más de 15 mil millones de dólares en subprimes y productos contaminados en su cartera. Da orden de venderlos a cualquier precio. El Banco crea el fondo ABACUS, donde mete una parte de sus productos tóxicos y se apresura para vendérselo a sus clientes. Al mismo tiempo que vende esa porquería especula a la baja sobre los mismos productos. El engaño ya estaba organizado.
Durante las audiciones, los senadores descubrieron la otra cara del espejo. Con la cara compungida, Lloyd Bankfein, el que meses antes se hacía pasar por el banquero que ejecutaba la voluntad de Dios, aseguraba a los senadores con la mano en el corazón, que no estaba al corriente de nada y lamentaba profundamente esas artimañas no conformes a la cultura del banco.
En pocos meses la exposición del banco a las subprimes cae de 15 a 2 mil millones de dólares, al mismo tiempo, las posiciones de venta a descubierto sobre los mismos productos, pasan de 1 a más de 13 mil millones de dólares.
En noviembre de 2007, Lloyd Blankfein manda el siguiente mail a los diferentes responsables del banco: “no hemos evitado totalmente el desorden de las subprimes, pero las pérdidas fueron ampliamente compensadas por las ventas a plazo”
En cuanto al cambio de comportamiento del banco, solo los ingenuos se lo creen. En una carta de dimisión incendiaria, publicada en el New York Times, un empleado resumía así los grandes principios de un Goldman Sachs obnubilado por su propia riqueza. El banco cambió su liderazgo. Hoy si haces ganar mucho dinero a la empresa te ponen en posición de influencia.
Tienes tres medios rápidos de llegar a ser dirigente:
1. Convencer a los clientes para que inviertan en títulos o productos de los que quieres deshacerte porque no parecen suficientemente rentables.
2. Convencer a los clientes a negociar un producto que aportará a Goldman Sachs un gran beneficio.
3. Uno mismo se encuentra en un puesto en el que el trabajo consiste en negociar cualquier producto opaco con un acrónimo de tres letras. Es la denuncia del antiguo empleado del banco.
A pesar de estas y muchas más cargas, el ministerio de justicia indicó “haber llegado a la conclusión de que la carga de pruebas para conducir un proceso judicial era insuficiente, teniendo en cuenta la ley y los hechos, tal como aparecen de momento”. Dicho de otra forma, la justicia no tiene medios legales suficientes para emprender una acción en justicia. Sin embargo, el ministerio subraya que está dispuesto a reabrir el caso si aparecen elementos nuevos.
Nadie en la cárcel
Como una buena noticia nunca llega sola, a Goldman Sachs le dijeron el mismo día que la máxima autoridad de bolsa de Nueva York, la SEC, cerraba otra investigación por la venta de productos opacos. El banco estaba acusado de haber vendido otras subprimes en diciembre de 2006, engañando a sus clientes, pero la SEC tampoco encontró nada ilícito en eso.
“Estamos muy contentos de poder ver todo este problema por el retrovisor” declaró un portavoz del banco. ¡Como no estarlo!. Escaparon a todo. Goldman Sachs se salió del avispero con una multa de 500 millones de dólares en 2009, impuesta por la SEC, para parar una acción judicial por sus artimañas de las subprimes.
Los articulos fueron numerosos en la prensa americana. Algunos recordaron que Goldman Sachs es un gran financiador de las campañas presidenciales.
Un trader del banco hacía estas declaraciones el otoño pasado en la BBC: “no son los gobiernos los que dirigen el mundo, es Goldman Sachs”, añadiendo que esperaba una recesión. “En caso de crisis hay mucho dinero que ganar”.
La decisión del ministerio de justicia puede traer graves consecuencias. Wall Street continuara gozando de total impunidad.
El New York Times publicaba: “Esos anuncios son las últimas indicaciones de que las investigaciones federales sobre la crisis financiera se debilitan, a medida que la fecha de prescripción se acerca”.” Desde el principio de la crisis nadie fue a la cárcel”, repite Charles Ferguson, realizador del documental Inside Job, en el que desvela todas las derivas de Wall Street.
Desde entonces todos los acontecimientos le dieron razón.
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