Hace más de 2000 años, un
carpintero de Nazaret, llamado José y su mujer María, tuvieron que huir a
Egipto para escapar del rey Herodes que quería matar al rey de los Judíos recién
nacido.
El exilio sigue siendo hoy un
drama humano para millones de habitantes, rechazados al llegar a nuestras
fronteras.
En este tiempo de fiestas de
Navidad, como no tener un sentimiento particular para esos José y María de los
tiempos modernos que son los refugiados, empujados por la miseria o perseguidos
por sus opiniones o creencias religiosas, a tomar el exilio.
Los últimos días, en las
vallas de Melilla la policía rechazó unas 200 personas que intentaban llegar a
España, el sábado 20, los guarda costa italianos socorrían 800 emigrantes, victimas
de mafias internacionales, frente a las costas de Sicilia. En mayoría sirios,
embarcados en un cargo y abandonados en plena mar por la tripulación.
Estos tuvieron mucha suerte,
fueron salvados como los otros 160000 emigrantes que llegaron a las costas
italianas este año. Pero 23000 perdieron la vida desde el año 2000 intentando
entrar en Europa, de los cuales 4000 este año.
A otros no les quedó
otra alternativa que huir. En Irak y Siria, tierra de las primeras comunidades
cristianas, los cristianos se ven obligados a huir y refugiarse en el Kurdistán
iraquí para escapar a los yihadistas del Estado Islámico.
Este nuevo éxodo afectaría
alrededor de 135 000 personas de las ciudades de Mosul y Qaraqosh, vaciadas de
toda presencia cristiana. Considerados como creyentes de la religión del Libro,
los islamistas les perdonaron la vida a cambio de convertirse o partir, (como
en los tiempos de los Reyes Católicos). Escogieron partir pero fueron
despojados de todos sus bienes.
Otras minorías no tuvieron la
posibilidad de huir, entre los que se encuentran los yazidíes, una comunidad
kurdófona, perseguidos desde hace mucho tiempo. Una parte pudieron escapar a
los yihadistas y refugiarse en las montañas, centenas de hombres fueron
masacrados, las esposas e hijas vendidas como esclavas sexuales a los
combatientes islamistas.
Para esas personas, Navidad
2015 será un Gólgota. Para la humanidad una herida en carne viva de la historia.