miércoles, 17 de diciembre de 2014

En Lima se salvaron los muebles, no el clima

La conferencia de Lima sobre el clima terminó con un compromiso que preserva lo esencial: el acuerdo sobre una hoja de ruta.

Para conseguirlo, los 196 países que participaron en esta conferencia durante 15 días tuvieron que jugar la prórroga.

Una falta de acuerdo hubiese sido una mala señal antes de la Conferencia de Paris del próximo año, que debería conducir a un acuerdo internacional vinculante sobre el cambio climático en 2020, pero eso aún está lejos, muy lejos…

Cuando recuerdo, lo que escribía lunes, 12 de diciembre de 2011 en esta entrada del blog: http://raulcortes.blogspot.com.es/2011/12/acuerdo-sobre-el-clima-todo-por-hacer.html, poco nuevo bajo el cielo de nuestro planeta, enfermo terminal… A la vista de los resultados me veo escribiendo casi lo mismo…

El acuerdo al que se llegó en Lima, supuestamente, debe preparar el camino para la Conferencia de París. El camino está lleno de maleza y no contiene ningún acuerdo vinculante.
Todos los países fueron “invitados” a proporcionar, hasta marzo 2015, la lista de sus compromisos de reducción de emisiones de gases a efecto invernadero, la causa del calentamiento global. Llegados a este punto, estos compromisos dependerán de la buena o mala voluntad de cada país.
La ausencia de coacción y de una autoridad encargada de controlar la realidad de los compromisos, hace pensar que los esfuerzos no estarán a la altura de los desafíos.
Los expertos en cambio climático lanzaron la alarma en septiembre último, confirmaron sus hipótesis y anunciaron que todo se agravó.
El objetivo de mantener el calentamiento en 2 grados suplementarios, umbral juzgado peligroso, no será mantenido a menos de un vuelco inmediato y enérgico en la contaminación climática.
Al contrario, las emisiones de gases se han acelerado, alcanzando un ritmo sin precedentes. Las buenas intenciones y compromisos vagos ya no son suficientes.
El calentamiento global no es para mañana, ya es una realidad del presente. El año que se termina será el más cálido desde el siglo XIX. Sobre todo el planeta se multiplican las consecuencias del cambio climático.
Las regiones húmedas están expuestas con más frecuencia a lluvias torrenciales y las regiones áridas a más sequías. Esta realidad planetaria, no impide a los países ricos y en vía de desarrollo pasarse la patata caliente.
Los primeros tienen una responsabilidad histórica en el calentamiento global, los segundos, grandes contaminadores como son China o India, se hacen los tontos para proteger su desarrollo.
La urgencia climática es tal que no se puede permitir el juego del gato y el ratón, es irresponsable. Esperemos que Lima haya salvado los muebles y París salve el clima.



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