Jean-Claude
Junker espera poner Europa a trabajar. El nuevo presidente de la comisión
europea, anunció un plan de 315 000 millones de euros para relanzar las
inversiones en Europa.
Como los
estados no tienen los medios para financiar un plan como este, Junker ideo un astuto
montaje. Ese plan reposará sobre un fondo de inversiones de 21 mil millones
procedentes de recursos ya disponibles, que deberían servir de garantía para
hacer llegar 315 mil millones de inversiones privadas.
Este plan se
basa en una apuesta, consiste en multiplicar por 15.los 21 mil millones puestos
a disposición como aval. Ciertos expertos lo estiman ilusorio, otros le
reprochan su falta de ambición, otros su falta de claridad, porque los
proyectos que podrían beneficiarse no están bien definidos.
El único merito
que puede tener la Comisión Junker, es el de ofrecer un esfuerzo de solidaridad
para remediar el fracaso o la incapacidad de los países para hacer algo más que
reducir la deuda.
El Papa pidió,
en el Parlamento de Estrasburgo, un esfuerzo a la vieja Europa. Esa Europa
necesita encontrar algo que permita a sus ciudadanos trabajar, vivir
decentemente y mirar sin miedo al futuro. El Papa metió el dedo en la llaga del
desencanto y desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones,
consideradas como distantes y alejadas de sus preocupaciones.
Europa se
construyó sobre las ruinas de un continente destruido por dos guerras
mundiales. Dando la espalda a ese espiritu de conquista y de revancha, los
fundadores de la Comunidad europea, propusieron reconciliación y paz.
Al egoísmo
destructor, opusieron los valores positivos y las ventajas del vivir juntos. El
papa Francisco Llamó Europa a retomar ese camino. Su llamada es universal y nos
concierne a todos…
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