jueves, 4 de diciembre de 2014

La presión aumenta sobre Israel

El plan de reparto de Oriente próximo, bajo mandato británico, preveía en 1947, la creación de dos Estados, el de Israel y el de Palestina. El estado de Israel fue aprobado inmediatamente por la Asamblea de las Naciones unidas, sesenta y siete años después el Estado Palestino sigue siendo un proyecto.

En espera de su reconocimiento, la Organización de liberación de Palestina (OLP) de Yasser Arafat, proclamaba unilateralmente la independencia de Palestina en 1988. Desde entonces, 135 de los 193 países que integran las Naciones unidas, la reconocieron oficialmente.

Suecia es, desde octubre de este año, el primer país de la Unión europea en reconocer el Estado Palestino, el Parlamento Británico también lo hizo, pero con un voto no vinculante puesto que es el gobierno quien decide el reconocimiento de un Estado. Lo mismo hicieron los parlamentos francés y español, que aprobaron con amplia mayoría, una resolución pidiendo a sus gobiernos el reconocimiento de Palestina como nación. El Parlamento europeo podría imitar este movimiento antes de que finalice el año.

¿Un voto para nada?

Jurídicamente, esos reconocimientos no tienen ningún valor. El reconocimiento internacional de un Estado depende de la decisión del Consejo de seguridad de las Naciones unidas. El voto español, como los otros, es puramente simbólico pero el símbolo toma una dimensión política muy fuerte.

Ese voto contribuye a meter presión sobre el estado de Israel que con su política de colonización pone cada vez más difícil la construcción de un Estado palestino.

La crisis política, abierta recientemente en Jerusalén en el seno de la coalición gubernamental, por Benyamin Netanyahu, conducirá probablemente a elecciones anticipadas y lo llevarán de nuevo al poder, pero esta vez con el apoyo de los ultra ortodoxos. Israel se dirige hacia una radicalización de su política de apartheid contra los palestinos.

Es ahora o nunca, si ya no es demasiado tarde, para presionar a Israel y llevarlos a negociar. Durante veinte años Israelís y palestinos negociaron en vano. Demasiado ligados al lobby judío, los americanos fracasaron siempre en el intento por doblegar a sus  aliados israelís.

La comunidad internacional debe tomar el relevo. Los anuncios de reconocimiento de Palestina deberían conducir a eso, si no se consigue, los palestinos se encargarían de internacionalizar su causa llevándola a la ONU. La liga Árabe reunida recientemente en el Cairo, decidió presentar una resolución que fije un calendario para la creación del Estado Palestino.


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