jueves, 11 de diciembre de 2014

El color de la piel y el prejuicio racista




La escena del escándalo policial se extiende en EEUU. Después de Ferguson (Misuri), Cleveland (Ohio) y Nueva york llega Phoenix, en Arizona, tocadas por el inquietante fenómeno.

Un negro desarmado fue abatido por un policía blanco que creía haber detectado un arma en su bolsillo. Este nuevo error de connotación racista, echa leña al fuego de protestas y enfado a través de los EEUU contra la impunidad, a veces, propuesta(parece) por la justicia, de las intervenciones brutales de la policía.

La policía se enfrenta al intenso fuego de críticas abrumadoras, justificadas, por comportamientos abusivos de autoridad. Los errores no son nada nuevo, pero a ese ritmo, toma la apariencia de vicio. La policía americana tiene un verdadero problema!

Los policías no tienen la tarea fácil, arriesgan su vida en cada intervención. No es nuevo en el país de los cowboys, donde las armas de fuego tienen condición de vacas sagradas. El cambio se sitúa en otra parte.

Los atentados del 11 septiembre de 2001 traumatizaron a los americanos, que de pronto se sintieron vulnerables. De ahí puede venir esa sensación de inseguridad exacerbada, que ejerce una influencia sobre las intervenciones policiales, una policía equipada como militares, de esa forma, su misión es combatir al enemigo más que proteger a la población.

Siempre existieron, como en el resto de la población, policías buenos y malos, personas de mente abierta y otros llenos de prejuicios, a veces rayando el racismo. Por ejemplo, cuando el color de la piel es considerada como indicio de delincuencia y los controles de identidad, con frecuencia orientados hacia los negros, mientras los uniformes los llevan en mayoría blancos, existe un problema!

La llegada al poder de un presidente de piel oscura no consiguió cambiar el rostro de los EEUU




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